Ibero-Amerikanisches Institut
Preussischer Kulturbesitz


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Centro cultural

Rayuela o el arte del diálogo cultural

El motivo de la fundación del Instituto Ibero-Americano (IAI), en 1930, fue la donación de la biblioteca particular del estudioso argentino Ernesto Quesada al Estado Prusiano. No fue, sin embargo, una donación incondicional. Quesada tenía en mente la creación de un centro autónomo e interdisciplinario de información, investigación y cultura, una "institución central consagrada al cultivo de las relaciones intelectuales entre la cultura alemana y la latinoamericana en el corazón de Alemania". Así, la transmisión y el diálogo cultural tenían una función importante ya en el origen del Instituto.

En consecuencia, el IAI se definió como centro de entendimiento intercultural y puente entre Alemania, de un lado, y la Península Ibérica y América Latina del otro. Durante el nacionalsocialismo, el IAI fue utilizado como instrumento de propaganda. A esa tarea servían también ciertas actividades culturales: sobre todo las celebraciones del "Día de la Raza", y también las conferencias sobre la tan invocada "amistad con Latinoamérica" tenían el propósito de contribuir a la difusión de la ideología racial del nacionalsocialismo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la actividad del IAI se limitó, en un comienzo, al trabajo de biblioteca, y éste sólo desarrolló actividades culturales muy restringidas y relacionadas directamente con los fondos de la biblioteca. Un paso en esta dirección fueron las primeras exposiciones de libros: sobre Argentina en 1954 y sobre Alejandro de Humboldt, Alfonso Reyes y la celebración de los 25 años de la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica en 1959.

La incorporación del IAI a la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano, en 1962, conllevó una ampliación de las actividades culturales. El mismo año se realizó, por iniciativa de la revista Humboldt un encuentro de escritores, en el cual Enrique Anderson Imbert, Rosario Castellanos, León de Greiff, João Guimarães Rosa y Juan Rulfo brillaron por su presencia, y los escritores alemanes invitados, en su mayor parte, por su manifiesto desinterés en el acto. Más éxito tuvo la reunión de autores y autoraslatinoamericanos y alemanes, que la sucedió en 1964, con la participación de Ciro Alegría, Miguel Ángel Asturias, Jorge Luis Borges, Julio Ramón Ribeiro, Augusto Roa Bastos y João Guimarães Rosa, y de Hans Magnus Enzensberger, Günter Grass y otros por el lado alemán.

Este encuentro –igual que la exposición sobre Alejandro de Humboldt (1969) y la de "Arte popular de América Latina" (1975), que sin embargo no tuvieron lugar en el IAI – se contó entre las pocas actividades culturales de esa magnitud. En el apacible Lankwitz, lejos del centro de las actividades culturales de Berlín Occidental, el intercambio se redujo esencialmente a la recepción de visitas de Estado y de exponentes de la cultura de los países ibéricos y latinoamericanos.

El traslado al complejo de instituciones del Foro de la Cultura en 1977 no produjo en un comienzo mayores cambios en este sentido. Las actividades culturales del IAI fueron ampliándose a pasos cortos, a veces muy cortos, y el programa cultural no constituía por entonces un pilar firme del Instituto. Es cierto que siguieron organizándose exposiciones – entre ellas, la de las obras de Rugendas pertenecientes al IAI (1978), la de "Arte de los Huicholes" (1979), y una sobre "Artistas alemanes en América Latina. Pintores y naturalistas del siglo XIX ilustran un continente" (1979). En ese campo, la incorporación del IAI a la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano con la amplia experiencia de sus museos, tuvo un efecto muy favorable. Sin embargo, al mismo tiempo pasaron sin dejar mayor huella en el Instituto hechos esenciales de la cultura latinoamericana, española y portuguesa y de su recepción en Alemania. El boom de la literatura latinoamericana en Alemania, elegida como tema en el primer programa especial de la Feria del Libro de Fráncfort, en 1976, y del Festival Horizontes de 1982, no encontró una expresión correspondiente en las actividades del IAI. En las actividades culturales del IAI tampoco se manifestó el entusiasmo por la cultura popular latinoamericana de la década de los 80 ni la recepción de la "movida" española. Éste aportó sólo una exposición sobre arte contemporáneo uruguayo al festival Horizontes de 1982.

La ampliación de las actividades culturales a otros géneros ocurrió sólo a mediados de la década de los 80. A partir de entonces, el IAI organizó con mayor frecuencia presentaciones literarias, conciertos, coloquios y conferencias, principalmente por iniciativa de las comunidades de españoles, portugueses y latinoamericanos, de las asociaciones culturales, y también de las embajadas y los consulados. En los años 90, con el traslado paulatino de las embajadas de Bonn a Berlín, se consolidó la colaboración en este campo. El programa de actividades se amplió aunque, con excepción de los simposios científicos, permaneció orientado fundamentalmente por las ofertas de otras entidades. La cooperación con otras instituciones se limitó a las universidades, embajadas y asociaciones culturales, existiendo sólo nexos esporádicos con instituciones berlinesas o internacionales.

Entre mediados de los 80 y de los 90 aumentó la actividad del IAI en cuanto a la realización de exposiciones. El Instituto participó también en la planificación de muestras realizadas en diferentes lugares, tanto dentro como fuera de Alemania. La temática de esas exposiciones se mantuvo dentro del siglo XIX, y se refería principalmente a Alejandro de Humboldt y los pintores de su entorno, contexto en el que podían presentarse con frecuencia las obras de Rugendas. Además se conmemoraron fechas importantes. En 1983, se celebró el bicentenario del nacimiento de Simón Bolívar con una exposición y acto solemne, acompañados de una serie de conferencias. En 1992 se inauguró en el Martin-Gropius-Bau la exposición "América 1492 - 1992: Nuevos mundos, nuevas realidades" que contó con la participación del IAI tanto en lo científico como en lo organizativo. Las lecturas de obras literarias de autores y autorasconocidos como Maryse Condé y Gonzalo Rojas fueron más bien una excepción, y los conciertos, en su mayoría de música clásica, eran ofrecidos en el IAI por las embajadas y los consulados.

Como consecuencia de los cambios estructurales y de personal ocurridos en el IAI y la creación de una Sección de relaciones públicas y gestión cultural, del año 2000 a esta parte han aumentado considerablemente las actividades culturales (su número se ha duplicado, llegando a unas 150 anuales), a pesar del presupuesto bastante modesto con que se cuenta. Tal evolución va acompañada por una nueva concepción de las actividades culturales. Si antes se organizaban por iniciativa del IAI ante todo exposiciones y congresos científicos, actualmente también las actividades culturales de otro tipo responden a la concepción propia del Instituto, el cual toma la iniciativa por sí mismo y busca la cooperación con entidades culturales tanto alemanas como del extranjero. De ese modo, es posible, por un lado, abordar mejor temas y contenidos vinculados con los fondos de la biblioteca y las investigaciones desarrolladas en el IAI. El establecimiento de ciclos dedicados a temas especiales por períodos largos facilita la comunicación de esos temas hacia el exterior.

Al mismo tiempo, el centro cultural IAI, incluido su trabajo de difusión, actúa como punto de contacto entre el centro de información y de investigación y el público, sirviendo para difundir los resultados de sus investigaciones. Por otra parte, se producen efectos sinérgicos por la cooperación con otras instituciones de la ciudad, con las que se planifican y llevan a cabo actividades conjuntas y entre las que se cuentan la Casa de las culturas del mundo, el Instituto Cervantes, el literaturWERKstatt, el Programa berlinés de cultura del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD), el Festival internacional de literatura de Berlín y el Servicio pedagógico de los museos. Al mismo tiempo, el IAI continúa su trabajo habitual de presentar sus fondos a un público más amplio no sólo en su propio edificio sino también fuera de él. A las exposiciones de libros de la biblioteca referidos a temas determinados, de colecciones especiales y de obras de Rugendas, se han sumado en los últimos años las colecciones de fotografías de Hugo Brehme y las obras del Taller de Gráfica Popular que posee el IAI.

Gracias a la red formada por el IAI y otras instituciones culturales locales e internacionales es posible organizar ciclos especiales y actividades sobre temas específicos que se llevan a cabo en cooperación con diferentes interlocutores, como por ejemplo la Velada del cine latinoamericano en colaboración con los Amigos del IAI y los Amigos de la Cinemateca Alemana, las retrospectivas del festival de cortometrajes y documentales de Bilbao (ZINEBI) en cooperación con la dirección del Festival y con varios cines berlineses, y también el ciclo interdisciplinario "400 años del Quijote: 2005" en colaboración con el Instituto Cervantes. Además, el IAI participa activamente en redes locales e internacionales de instituciones culturales como la Comunidad de trabajo Intercambio Cultural Internacional, (www.berlinglobal.de) y la Red de centros culturales de América y Europa (www.cab.int.co), contribuye al programa federal de la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano (www.foederales-programm.de), y toma parte dos veces por año en la Noche Larga de los Museos. Tal actividad en redes estimula la cooperación de duración media y larga trascendiendo las fronteras culturales y le abre al Instituto nuevos nexos y formas de transmisión cultural.

Un paso más en dirección a la formación de redes, lo ha dado el IAI con su participación en proyectos internacionales conjuntos orientados a fomentar en forma duradera el diálogo entre diferentes culturas más allá de la gestión de actividades particulares. En estos últimos años se han llevado a cabo dos proyectos de ese tipo con una serie de interlocutores locales e internacionales: en 2002, el Festival de cultura MEXartes-berlin.de, que fue iniciado por la Casa de las Culturas del Mundo, el Museo Etnológico y el IAI, y realizado conjuntamente con una serie de instituciones mexicanas y berlinesas (documentación del Festival en: www.mexartes-berlin.de); en 2004, se realizó el proyecto "Buenos Aires – Berlín", coordinado por el IAI, como parte de la celebración del décimo aniversario del hermanamiento de las dos ciudades, (documentación del festival en: http://www.buenosaires.gov.ar/buenosaires-berlin/). Ninguno de los dos festivales tuvo carácter de simple evento. Estos proyectos conjuntos tienen más bien el propósito de establecer un diálogo intercultural permanente, cuya sustentabilidad puede revelarse en actividades ulteriores, tal como ha sido el caso del simposio sobre "Las culturas urbanas de la memoria en Berlín y Buenos Aires", que tuvo lugar en junio de 2005.

En los años transcurridos desde su incorporación en la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano, el centro cultural IAI ha registrado una expansión constante de sus actividades a ritmo, pasos o saltos variables. De un espacio para la realización de actividades orientadas por la oferta proveniente del exterior como era antes, el IA se ha convertido desde el comienzo del siglo en un centro cultural interdisciplinario que realiza y coordina programas culturales por iniciativa propia, establece redes con instituciones culturales locales e internacionales y ejecuta grandes proyectos o ciclos mayores en asociación con ellas. Pero a diferencia de otras entidades, como los teatros o cinematógrafos, tiene que enfrentarse a los problemas que suelen aquejar a los centros culturales. La orientación intersectorial e interdisciplinaria, con su multiplicidad y diversidad de actividades, podría ser interpretada fácilmente como indiferenciación. Por tal razón es menester aclarar qué fenómenos y formas de representación culturales, más allá de la competencia específica regional, han de encontrar cabida en el IAI. Esto significa, para el futuro, que al trabajo cultural en el IAI se le debe dar una impronta más definida, unida a una filosofía que pueda servir de directriz para las actividades culturales. El Instituto se enfrenta a este reto definiendo su perfil como centro cultural interdisciplinario que, además de servir de lugar de realización de actos y actividades, no sólo se dedica a la presentación y representación de otras culturas, sino que también está evolucionando hacia la producción intercultural y la reflexión de la cultura en el diálogo con artistas y entidades culturales de América Latina, España y Portugal. En ese proceso, las labores culturales pueden servir de eslabón entre los fondos de la biblioteca, la investigación y el público. Al mismo tiempo, la investigación puede generar una reflexión crítica de lo que se produce en el ámbito cultural. En esa conjunción de centro de información, investigación y cultura, en las relaciones mutuas entre los diferentes campos de trabajo, pueden manifestarse en toda su potencialidad las virtudes específicas de un instituto que desde su nacimiento fue concebido como lugar de encuentro e intercambio intercultural.

Esta delineación del perfil del centro cultural IAI no implica que todas las actividades culturales que no sigan las pautas mencionadas tengan por ello que ser excluidas de su programa. Más bien se procede como en el juego de rayuela: uno salta primero a pie cojo y luego con los dos, se detiene en un descanso, se fija nuevas metas y salta a veces por sobre varias casillas para avanzar paso a paso hacia la meta, pero también retrocede varias etapas para hacer una reflexión crítica sobre lo que ha alcanzado y asentar su trabajo en la tierra firme.



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